miércoles, 26 de septiembre de 2007,21:26
septiembre

La vida de los niños cuidada por sus hermanos

Mujeres preparan el alimento cotidiano







Maringwe, 19 de Septiembre de 2007

Ayer las chicas se pusieron a hacer empanadas chilenas. De pino y –toque mozambicano– de “mathapa”. Estreno del horno de barro, ultimo adelanto de nuestra casa; …pero es que les quedaron… es-pec-ta-cu-la-res!!! Encontramos un tintito,…música de Isabel Parra, Inti-Illimani y Joe Vasconcelos… 18 chancho. Quizás cómo lo estarán pasando Calisto, Félix y Moisés en Chile… (especialmente Calisto…, la próxima semana se vuelve a Mozambique). Para ni uno de los dos ‘equipos’ ha ido fácil la experiencia de trasladarse desde su barrio al otro. Calisto las ha visto duras, y las chiquillas…maduras. No ha sido fácil este salir de la propia tierra a extender horizontes, cambiar de clima y de lengua, de costumbres y de comidas. Si hasta el modo de bañarse es diferente…!! Calisto ha abierto por primera vez la llave de una ducha caliente y las chiquillas por primera vez usan cotidianamente el tarrito de agua helada cada mañana.


En medio de la dificultad, lo que también es cierto es que cada uno ha encontrado a hermanos, hermanas y vecinos que los han ‘adoptado’ como hermanos y los acompañan en este camino. A cada momento se oyen aquí en Maringwe los llamados de los niños: “Tutiii, Macaaaa, Coooni!!!!” y ellas se han hecho habituales del hospital donde van cada mañana. Hoy Tuti ha recibido visitas que vienen a preguntarle como se siente porque está con fiebre. Maca les pasa la cuerda a los niños para que jueguen. Coni le pregunta a Ateria por la salud de su pequeño Nito. Y en Santiago Claudia, Javier, Gloria y mucha gente se preocupa diariamente por Calisto. Hace tres semanas llevamos con Parafino a Lurdes a Beira y habló por teléfono con su querido y añorado Calisto. Como se reía de feliz esa Lurdes…!!! Era primera vez que hablaba en un teléfono y sentir la voz de su esposo tan cerca la puso contenta y sonriente hasta hoy. Es la pequeña luz que le anuncia la alborada. Estamos todos como viviendo un Adviento preparando la fiesta del recibimiento. Así creo yo es bueno vivir la vida: un Adviento del Esposo que viene.

Por mi parte estos últimos meses los he pasado visitando comunidades. Llevo casi 40 salidas y ya me es habitual encontrarme en las chozas sobre la estera y dormirme cansado oyendo los cantos y danzas de los jóvenes, porque no me da el cuero pa’ acompañarlos hasta las tantas. Cada aldea tiene sus ritmos y cantos propios. Es alucinante. Paulette estuvo aquí entre julio y agosto y tuvo esa experiencia en las comunidades de Magudu, Nyambira y Makoko. No han faltado las tristezas: al atardecer de nuestra llegada a la lejana aldea de Nyamphonda nos avisaron de que recién había muerto la guaguita del animador de esa comunidad, pai Bento, fallecido en marzo pasado. Con tristeza, silencio y cantos acompañamos el pequeño cortejo familiar hasta el cementerio en la floresta de una colina, donde lo enterramos envuelto en una sabana. Se le asomaba un pie al crío que regresaba a la tierra. Al oscurecer volvíamos callados a nuestras chozas. De madrugada fueron avisarnos que en la noche había muerto otra guaguita en la aldea. Al atardecer y de amanecida ronda la muerte rondera en África. El Adviento es el Viernes y el Sábado Santo también. Adviento de una Vida sin Muerte. A la vuelta del cementerio la madre cantaba en su llanto lastimero y rodeada de una congoja familiar que no la consolaba: “–estoy ahora solita… con quien voy a conversar…? Quién me va a llamar ahora…?” Todas las mamás acostumbran a pasar el día y la tarde conversando con sus críos amarrados en su espalda. África está repleta de niños. África es una mamá que juega y llora a sus niños que la iluminan con sus miradas, sus libertades y alegrías. Es increíble esta África donde todos somos bastante niños. Que lo diga cada uno de los que hemos vivido aquí. El Principito es en el desierto de África donde se acercó a aquel aviador pidiéndole que le dibujara un cordero. Aquí vinieron José y María protegiendo al Niño Jesús. África, Tierra de niños.

Pero no deja de ser paradojal y asustador que mucho de la belleza de la infancia sea su honda y evidente fragilidad; hace dos semanas, volvía del hospital en moto, y me encuentro, cerca ya de la casa, con una patrulla de unos diez o doce soldados armados bajando en columna hacia el mercado. Dos de ellos eran vecinos de los que vienen habitualmente a Misa. Creo que el susto que me embargó era similar al de ellos. Eran de la base militar de la RENAMO que hay en Maringwe. El próximo enero hay elecciones provinciales en Mozambique y –como lo dijo la hna. Araceli– “tiempo de elecciones es tiempo de provocaciones”. Algún par de malucos de la FRELIMO había empezado con estas provocaciones y los de la RENAMO reaccionaron con estos patrullajes militares por el pueblo. Mientras lo comentábamos con unos chiquillos, el pequeño Adamu terció diciendo “–chí, pacharon por la ekuela y mi papá taba entre ellos”. Y nuestro Maringwe estuvo en los titulares de prensa, radio y televisión por un par de días. El pueblo mozambicano es fundamentalmente pacífico y –gracias a Dios– nuestro Administrador Distrital ahora (don Absalón Chabela) es un hombre trabajador, de muy buena voluntad y con kilos de sentido común a su haber (cosa rara y que se agradece en cualquier sitio del planeta, sobre todo en las esferas de gobiernos). Todo el mundo quiere y defiende la Paz en Mozambique. Vinieron tres diputados provinciales de la RENAMO, hablaron con los de la Base, con el Administrador, y los patrullajes cesaron. Respiramos todos aliviados. Aliviados de una situación entre ridícula y patética (no deja de ser un poco ridículo y patético ver a tu vecino, medio entrado ya en años, con uniforme y fusil, sudando la gota gorda y con cara de susto paseándose por donde habitualmente anda en bicicleta y compra el pan). Y aunque nunca creímos estar realmente en peligro, todos respiramos y sonreímos aliviados. La Paz es un bien que entre todos debemos cuidar de los malucos que nunca faltan. Tarea de cada vecino en Talca, París y Londres. En Maringwe nos preocupamos especialmente de ello.

Y los dejo ahora porque está ya alta y hermosa la luna y mañana debo salir temprano a la aldea de Thowe. Que Dios, nuestro Papá, nos bendiga con miradas de niños y de paz, Amén.

Kwenda
 
posted by kwenda
Permalink ¤